El ministro de Relaciones Exteriores, embajador Julio César Arriola, intervino en la Reunión Ordinaria del Consejo Mercado Común (CMC) del MERCOSUR, Sesión de Estados Parte y Bolivia, que se desarrolla en Puerto Iguazú, Argentina.

A continuación, transcribimos la intervención del canciller Arriola en la sesión:

“Como todos Ustedes saben, en el Paraguay estamos en pleno período de transición, por lo que hoy me acompaña el canciller designado, embajador Rubén Ramírez Lezcano.

Inicio agradeciendo a la Presidencia Pro Tempore de Argentina, en la persona del canciller Cafiero, y a todo su equipo de trabajo, por la eficiente coordinación de las actividades de este semestre y por organizar esta reunión.

Reitero el firme compromiso del Paraguay con el MERCOSUR, nuestro principal mecanismo de integración.

En más de tres décadas, como todo proceso, ha tenido sus luces y sombras, pero nuestro bloque sigue siendo absolutamente relevante, no solo para complementar nuestras economías y ampliar los mercados, sino para proyectarnos al mundo y, por ende, a mejores oportunidades de desarrollo.

La fuerza del MERCOSUR radica en la cohesión de sus miembros, por eso es tan importante que mejoremos la coordinación, que nuestro diálogo sea más fluido, y por supuesto, que nos guiemos siempre por el espíritu solidario que debe prevalecer entre naciones hermanas, como las nuestras.

Ante un panorama internacional complejo, desde el MERCOSUR debemos responder con una integración más efectiva y eficiente, fortaleciendo el comercio intrarregional, especialmente en este momento de recuperación post pandemia y cuando Europa atraviesa un conflicto que ha impactado en todas las regiones.

Más y mejor comercio intra MERCOSUR es la clave para reducir nuestras vulnerabilidades y hacia allí debemos dirigirnos.

Para el Paraguay, el MERCOSUR sigue siendo su principal socio comercial: en el 2022, el bloque concentró el 58% de nuestras exportaciones, y es responsable del 43% de nuestro intercambio global.

Sin embargo, diversos productos paraguayos siguen encontrando dificultades para acceder al mercado ampliado, muchas veces debido a restricciones no arancelarias, que dañan seriamente la credibilidad del bloque.

La libre circulación de bienes y factores productivos, por vía terrestre y fluvial, es un acuerdo esencial en el marco del MERCOSUR que no debe quedar atrapado en la retórica, y es nuestro deber que trascienda a la realidad.

Por ello, resulta crucial el levantamiento de toda medida unilateral que genere costos adicionales. Estos costos anulan la previsibilidad del intercambio comercial, reducen la competitividad del bloque y aumentan las tensiones internas, por sus implicancias económicas y sociales.

Sin libre circulación de bienes y servicios profundizar nuestra integración productiva se vuelve una quimera.

Así también, la libre navegabilidad de los ríos internacionales es indispensable, donde la Hidrovía Paraguay–Paraná cumple un rol trascendental para facilitar el comercio exterior de los cinco países signatarios del Acuerdo de Santa Cruz. Por lo que cualquier medida unilateral e inconsulta en contravención con las disposiciones vigentes que afecte la competitividad de la navegación fluvial comercial encontrará siempre nuestra firme oposición.

En la última reunión de la Comisión del Acuerdo de la Hidrovía, Bolivia, Brasil, Uruguay y mi país, concluimos que la tarifa implementada no está justificada, y mientras esta cuestión no sea apropiadamente dirimida sostenemos que esta medida debe ser suspendida.

La integración física debe fomentar la inversión sectorial que genere interconexiones entre las cadenas regionales de valor.

Esperamos que el alto nivel de complementariedad que Paraguay y Brasil han alcanzado en el sector automotor se replique en otros sectores.

También destaco nuestros avances en la facilitación del comercio, la agilización y simplificación de procedimientos internos y los trámites en frontera.

Pero estos esfuerzos solo tendrán un impacto tangible en la medida en que los países de tránsito eviten medidas unilaterales que obstaculicen la libre circulación de personas.

No debemos olvidar que nuestra integración también se nutre del paso libre de nuestros ciudadanos y las oportunidades que ello genera para el comercio.

Así, avanzar en la simplificación de los trámites migratorios y aduaneros no solo es necesario, es urgente.

Quiero destacar dos pasos fronterizos estratégicos que habilitaremos con el Brasil:

Presidente Franco-Foz de Yguazú y Carmelo Peralta-Puerto Murtinho, este último con una vinculación directa con el Corredor Bioceánico, una obra clave que conectará físicamente el Atlántico con el Pacífico y abrirá enormes posibilidades comerciales con los mercados asiáticos.

Mientras que con Argentina estamos impulsando el segundo puente internacional sobre el río Pilcomayo para unir las ciudades de Falcón y Clorinda.

También hemos propuesto sendos puentes para unir Pilar y Puerto Cano, así como Pozo Hondo y La Paz. Aguardamos una respuesta pronta positiva de las autoridades argentinas.

Resalto que todas estas iniciativas hablan de la voluntad inequívoca del Gobierno paraguayo de abrirse a la región y al mundo.

También la integración energética regional es una prioridad para mi país, por nuestra localización geográfica estratégica y como socios condóminos que somos, junto con Brasil y Argentina, de dos emblemáticas centrales hidroeléctricas -Itaipú y Yacyretá-, generadoras de energía limpia y renovable, en línea con el inevitable proceso de transición energética que se impone a nivel regional y mundial.

Debemos culminar los trabajos de armonización y homologación de medidas sanitarias y fitosanitarias, así como la adecuación a los estándares que garantizan la calidad de los productos y la seguridad de los consumidores.

Esta tarea no puede seguir siendo dilatada. La falta de armonización de límites máximos de contaminantes impacta negativamente en las exportaciones de nuestros pequeños agricultores.

Tal es el caso de la yerba mate paraguaya, cuyo flujo comercial se ha bloqueado completamente.

Por ello, esperamos que la implementación de los reglamentos internos de cada socio, dictados de acuerdo a sus realidades nacionales, se realice de manera que no afecte el comercio intra bloque.

Valoramos el esfuerzo y la flexibilidad de todas las delegaciones para avanzar en la revisión del Régimen de Origen del Mercosur y aprobar la normativa que la actualiza.

Las reglas de origen son importantes en el contexto del comercio internacional. En el mundo globalizado del que forma parte el MERCOSUR contribuyen a promover el comercio justo y equitativo.

Con relación a la agenda externa, nuestras sociedades están expectantes de la firma del Acuerdo entre el MERCOSUR y la Unión Europea.

Sé del arduo trabajo que nuestras delegaciones han realizado en estos meses para acercar posiciones y superar los impasses que se han presentado.

Seguimos confiados en que este proceso -que ya lleva más de dos décadas- puede llegar a buen puerto en el corto plazo, sin perder el balance de lo acordado en el año 2019.

También tenemos muchas expectativas para que los acuerdos con Singapur y EFTA se materialicen en la brevedad.

Mi país sostiene que negociar conjuntamente es garantía para lograr los mejores resultados.

Y el respeto a los textos fundacionales del MERCOSUR se encuentra en la base de esta posición.

El fortalecimiento del MERCOSUR y la construcción de su acervo normativo no están desvinculados de sus aspectos institucionales, por lo que se impone una actualización constante.

Por ello, apoyamos los trabajos para evaluar la estructura del bloque de cara a las realidades actuales y los desafíos futuros.

Alcanzar una mayor eficiencia institucional debe ser siempre nuestro objetivo.

Por otro lado, destaco que FOCEM es un logro histórico para el MERCOSUR. Desde que fue creado en el 2005 ha sido una medida certera, que nos ha devuelto una mirada solidaria y justa para enfrentar las asimetrías que nos atraviesan.

Continuar con la segunda fase es para el Paraguay absolutamente fundamental.

No obstante, a casi ocho años de su aprobación, aún no ha sido ratificado por todos los socios, por lo que instamos a avanzar en ese sentido.

Paraguay, como país en desarrollo sin litoral, se enfrenta a desafíos particulares y necesidades específicas, que requieren una atención apropiada y de cooperación, en particular de los países de tránsito y los aliados para el desarrollo.

Los días 27 y 28 de julio próximos, en Asunción, seremos sede de la Reunión Regional de Alto Nivel de América Latina para la Revisión del Programa de Acción de Viena, preparatoria de la Tercera Conferencia de la ONU sobre este grupo de países, prevista para 2024, en Ruanda.

Esperamos recibir a sus delegaciones para identificar juntos los progresos realizados con el Programa de Acción de Viena en favor de los Países en Desarrollo Sin Litoral, así como los desafíos y las oportunidades que nos esperan en el decenio 2024-2034.

Al ser esta mi última reunión del Consejo como Ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay, me veo obligado a reflexionar si este es el mejor MERCOSUR posible; si nuestro bloque es hoy lo que nos propusimos que sería hace un poco más de tres décadas.

Como todo en la vida, no hay respuestas cerradas.

Y tal como lo dijo el ministro Cafiero en Asunción, en julio pasado, este MERCOSUR es, finalmente, el resultado de nuestras decisiones, de las elecciones que tomamos día a día.

Pero también sé que el bloque que tenemos es fruto de esperanza y grandes esfuerzos.

Y es una obra en construcción, donde los objetivos que buscamos requieren paciencia, compromisos, cooperación, solidaridad y mucho trabajo colectivo.

Confío en que el camino de la integración no tiene vuelta atrás, porque es el camino de los pueblos.

Culmino deseando al Brasil, y a mi querido amigo Mauro Vieira, el mayor de los éxitos en el ejercicio de la próxima Presidencia Pro Tempore.

Sepan que encontrarán siempre en el Paraguay un aliado y un amigo para promover y consolidar nuestro valioso y siempre relevante proceso de integración.

Puerto Iguazú, 3 de julio de 2023

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